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Mostrando entradas de 2020

El Jornal

Salió el sol y era una hermosa mañana de julio al final de la canícula que, con su veranillo, llena de alegría los campos de la llanura donde corre una suave brisa alimentada por el pequeño bochorno mañanero que hace elevar la niebla de media altura hacia las nubes y luego desaparece como la espuma. Son exactamente las cinco de la mañana cuando Filiberto se levanta sin que lo despierte el canto de los gallos, pues su mente está acostumbrada y hace lo que siempre hace primero en las mañanas de ir al baño y acto seguido de lavarse las manos. Luego, prepara afanosamente su café chorreado y se hace acompañar de un buen pedazo de pan casero al que le agrega un jugoso trozo de queso saladino del mismo que se hace en la finca y, que con mucho cariño su amada esposa, le dejó guardado antes de su partida hace más de una semana para visitar a unos familiares lejanos allá por el lado de Guápiles. El humeante olor del café inunda por completo la casa. Filiberto, fiel a su estilo, puntual y meditab...

EL VIEJO Y SU VIOLIN

Hace más de quince años yo trabajaba para una linda empresa en Sabanilla de Montes de Oca, antes de venirme a San Carlos. Por cierto, empresa que le guardo un profundo cariño y ese lugar del este de la capital que aprecio mucho. Siempre que salía de trabajar me tocaba cruzar en autobús casi todo el este de la capital, bajarme en Cuesta de Moras y atravesar la Avenida Central para tomar los buses de Tuasa hacia mi bella Alajuela. Era un rutina mecánica, pero me encantaba. Siempre en esta época entre mayo y junio cuando los aguaceros fuertes de la época lluviosa empiezan a incrementar y con presencia de tormenta por las tardes, me trae a la mente el nostálgico recuerdo de aquel Viejito con el violín unas veces y otras con una humilde guitarrita artesana, tocando dulces melodías a un costado del Teatro Nacional. Solo, apasionado y sin cesar, tocaba y tocaba al paso de la gente, el sonido del pajarito del semáforo, el bullicio en las calles y la agitación del tránsito, aun así sus notas ...

TODO TIENE UN TIEMPO PARA CADA COSA Y EL FIN ES EL MISMO: LA FELICIDAD

Sabemos que la vida es una constante competencia y una lucha por sobrevivir, ya de naturaleza lo traemos. No obstante, aunque suene contradictorio a veces no hay que preocuparse si eres el primero en la fila o el último, si lograste una meta en el menor tiempo posible o ésta se postergó, si dijiste algo oportuno o lo callaste, si eres reconocido o no, etc. Hay un tiempo bajo el firmamento para que las cosas se cumplan, ese tiempo es sabio y alguien muy GRANDE así lo dispuso. No te hagas tormentas mentales por todo ya que a veces nuestros pensamientos son una ficción con respecto a la realidad. Brille con luz propia, descubra y saque los talentos que tienes, no naciste para una sola cosa, y sobretodo nunca olvide esto: ERES ÚNICO O ÚNICA, LA COMPETENCIA YA LA GANASTE, NACISTE BAJO EL LISTÓN DEL TRIUNFO Y TE HAS GANADO UN LUGAR EN EL MUNDO POR DERECHO PROPIO. Al final, todo lo que el ser humano persigue, sea lo que sea, termina en un solo propósito el cual es: LA BÚSQUEDA DE LA...

¿Dónde está Franky?

Me encontraba a solas en mi habitación cuando escuché la voz, profunda y distorsionada, que provenía de debajo de mi cama. —Oye — llamó la voz. Me dije a mí mismo que solo la estaba imaginando. —Oye, niño — repitió. Me llevé las rodillas a mi pecho y agaché la cabeza por debajo de la sábana, tratando de bloquear la voz y el viento frío que soplaba desde la ventana, agitando las cortinas. —¿Quién eres? — pregunté. —Soy el monstruo bajo tu cama. —¿O sea que eres real? —¿A qué te refieres? Por supuesto que soy real. —¿Tienes un nombre? —Por supuesto que tengo un nombre. —Ah… ¿y cuál es? —Franky. —¿Franky? —Sí. ¿Qué tiene de malo? —Nada. Es decir, no sé. Es solo que no es muy monstruo… so. —Pues, mis padres no querían que me convirtiera en un monstruo. —¿En serio? ¿Qué querían que fueras? —Un dentista. —Eso es gracioso — contesté, sintiendo cómo empezaba a sonreír. —¿Qué quieren tus padres que seas? —No lo sé… ¿Oye, Franky? —¿Sí? —¿No vas a tr...

Píldoras de Sabiduría que nos enseña la Crisis

Sea por la mano del hombre o por obra de la naturaleza, eso quizá ya no importa, lo cierto del caso es que esta pandemia nos ha traído abundante reflexión, pero sobre todo nos está enseñando que debemos volver a lo esencial. ¿Y qué es lo esencial? Es valorar o apreciar lo que tenemos, aquello que muchas veces no tiene precio y perdimos por las razones que sean, por ejemplo: nuestros trabajos, nuestros estudios, nuestros intereses, nuestra vida hedonista, etc, etc. No sé si a usted le ha pasado, pero en lo personal a mí me ha causado especial admiración lo siguiente: ¿Pudiste darte cuenta como veníamos de veloces en el planeta?... Quizá esa velocidad luego volverá y esperamos no nos domine, sino aprender a manejarla, que tengamos el control, pero lo cierto del caso es que a todos, absolutamente a toda la humanidad esta pandemia nos frenó, en mayor o en menor grado, pero nos detuvo. ¿Saben por qué o al menos uno de los factores?… Porque somos ya una sociedad globalizada, casi tod...

Cuando la Humildad nos sorprende

Entre la espesura del bosque que se aprecia entre los cerros elevados y otros que apenas son peñascos, cada mañana de manera copiosa, se levanta la niebla que exhala la madre tierra a lo largo y ancho de las estribaciones de la gran cordillera luego de que las nubes besan las copas de las montañas con su lienzo blanco de lluvia horizontal. Al pie de los cerros verduzcos y forrados de follajes que en ocasiones se pueden contar hasta diez tipos de verdes así como propiamente ya en el valle donde los ríos se extienden como serpientes gigantes que desean llegar lo antes posible al mar, viven los habitantes de las comunidades Amubri, Suiri, Cuaska, Coroma, Sepeque, Yorkin y Bambú. Son comunidades bastante alejadas de los pueblos con mayores recursos que se encuentran en la Talamanca de la que todos los costarricenses muchas veces nos hemos olvidado. En ocasiones para poder llegar a estas comunidades se puede tardar horas por largos caminos que atraviesan montañas, charrales, ríos y muchos...

Cuartilla Primera: Días de confinamiento

Pasaban las horas y aunque las ansias parecía que le ganaban a su voluntad, inquieto y meditabundo levantose súbitamente de su sillón y puesto en pies decide ir un rato al jardín para recibir aire fresco y algunos rayos de sol en su cara que le pudieran hacer despertar o sentir que estaba vivo en esa media mañana. Bien desayunado y con las manos en los bolsillos del pantaloncillo corto que se puso ese día y una camiseta un tanto vieja pero que quería mucho, se sentía mejor y más cómodo. Era tan solo la segunda semana de confinamiento gracias a la pandemia que azotaba al planeta y empezaba a tomarle el gusto al trabajo en casa y a las horas conforme pasaban. Hoy era uno de sus días libres.  __No es lo mismo la soledad que uno elige a la soledad obligatoria, las cosas van a cambiar y será para bien, de todas las crisis siempre sale algo bueno,__ musitó para sí Juan Pablo García Torrealba, un buen hombre de mediana edad, trabajador y soñador.  Caminó de un lado a otro en el ...